lunes, 21 de mayo de 2012


DESFILADERO DE BUSTELLIN

FOTOS:

Lejos de las masificaciones de las rutas más concurridas, todavía quedan lugares donde el tiempo parece tener otra cadencia y donde todavía se pueden ver vestigios de otros modos de vida muy alejados de las comodidades con las que estamos habituados. Riodeporcos es una aldea situada cerca de San Antolín de Ibias, en los confines lucenses de Asturias y donde da inicio a esta ruta que casi supone un viaje en el tiempo.


Para llegar a donde comienza la ruta: Desde Piedrasblancas vamos dirección a Vegadeo a coger la carretera AS-11 hacia el Alto de la Garganta e ir a la derecha por la AS-27 hacia Santa Eulalia y seguir hacia Fonsagrada hasta enlazar en Barbeitos con la C-630 para ir a la izquierda hacia Grandas y al poco coger (3 Km.) a la derecha por la CP-19-08 para bajar hacia la cola de la presa de Grandas de Salime, (15 Km.)


Iniciamos la ruta en Riodeporcos, que se encuentra en una desviación de la carretera  entre Fonsagrada y San Antolín de Ibias. Tras atravesar por el puente colgante sobre la cola del pantano de Grandas de Salime, y único acceso al pueblo, nos internamos en un mundo en el que parece que el mundo está parado, donde el silencio, la tranquilidad y la naturaleza, son los reyes del mismo.
El camino asciende entre prados hacia las casas que tenemos al frente, donde las paredes de piedra dan soporte a un emparrado de viñas que nos trasmiten frescor por su sombra. Pasamos al lado de la capilla de San Roque y a la salida del pueblo hay un cruce de caminos y vamos de frente.

El camino asciende ligeramente y se trasforma en una senda que circula a media ladera entre brezos hasta el pueblo abandonado de Bustillin, donde iniciamos un ligero descenso hasta el fondo del valle.

Tras cruzar el rio por un puente de madera hay un cruce de caminos con indicador, donde a la izquierda se va hacia el pueblo de Busto y a la derecha hacia Penedela. Seguimos esta última circulando entre el rio y la peña en medio de un maravilloso bosque de ribera donde las cristalinas aguas del rio nos trasmiten frescor.

El camino asciende a través de cortados del rio a la sombra de el castaños y madroños. Pronto llegamos a la Cueva da Osa, que parece ser que son los restos de una antigua mina de hierro. Por debajo de nosotros quedan los meandros del rio que parece que no tiene sitio para circular dada la estrechez del mismo y donde las laderas parecen juntarse.

Una vez pasados los últimos contrafuertes vemos al fondo del valle el pueblo de Castaosa y, enfrente las casas del pueblo deshabitado de Penedela.

Una vez en Penedela cogemos una pista donde a los pocos metros se encuentra la capilla de San Antonio. La pista asciende haciendo zigzags hasta encontrar una desviación a la izquierda por la que salimos a la carretera. Estamos en Teso de Cuba y cuenta la leyenda que, como los árabes no se querían marchar, los de Peneda los emborracharon, los metieron en una cuba y los echaron a rodar.

Siguiendo la carretera a la izquierda entramos en el pueblo de Peneda donde hay uno de los pocos hórreos teitados de la comarca.

La ruta atraviesa el pueblo y coge un camino que sale del pueblo y al poco trecho nos encontramos una desviación. (En este punto y se continua por el ancho camino de frente se podría enlazar con el camino por el que subimos y volver de nuevo hacia Riodeporcos). Seguimos a la derecha en dirección hacia el pueblo de Busto, el cual divisamos tras cruzar las peñas.


Encontramos la capilla de San Idelfonso y seguimos camino a la izquierda por la ladera enfrente del que traemos y que nos lleva al fondo del valle  con un rápido y pronunciado descenso por la regueira das Valías por donde salimos a cruzar de nuevo el rio Bustellin por el puente de madera por donde habíamos pasado con anterioridad para volver de nuevo hacia Riodeporcos y el puente colgante donde comenzáramos la ruta.

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